Evolución económica de España tras el franquismo

Con el franquismo la economía de España se ve estancada en una crisis económica casi permanente desde el final de la Guerra Civil hasta 1950, caracterizado por una profunda y larga depresión, donde el intervencionismo impidió la asignación racional de recursos productivos. Lo que produjo un empeoramiento de las condiciones de vida, el crecimiento de la miseria y el mercado negro. Pese a esto, en 1959 se aprueba el Plan Nacional de Estabilización, marcado por una mayor apertura comercial al exterior y un fortalecimiento del desarrollo. Tuvo un éxito inmediato para que no aumentase la inflación y rehacer las reservas de divisas hasta la crisis del petróleo de 1973, lo que provocó un aumento del paro y de la inflación.

A la crisis económica internacional, hay que añadir la crisis política tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y la elaboración de una nueva constitución (Constitución de 1978), que introducía un sistema de monarquía parlamentaria.

Para intentar estabilizar la sitación se firmaron los Pactos de la Moncloa, fueron una de serie de medidas acordadas para hacer frente a las dificultades económicas, como por ejemplo: la devaluación de la peseta, incremento de los salarios, contención de los salarios, etc...Lo que daría paso a una economía de mercado.



Podemos ver la evolución que ha ido teniendo España además de sus crisis como la inmobiliaria en 2008.



En 1896, España accedió a la Comunidad Económica Europea bajo el presidente Felipe González.
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) el 1 de enero de 1986 aceleró y fortaleció el impulso económico iniciado. La entrada impuso que el país abriera su economía, con un fuerte incremento de la inversión extranjera y un impulso modernizador de la empresa española ante la competencia exterior.

Además, se produjo un incremento en infraestructuras entre las que se encontraban las relativas a las memorias del 92, Olimpiadas de Barcelona y Exposición Universal de Sevilla. Se produjo un aumento del consumo motivado por un efecto de enriquecimiento provocado por la subida de la Bolsa y del valor de los inmuebles. Con todo esto, España aceleró rápidamente el crecimiento del PIB, con lo que redujo la deuda pública y la tasa de desempleo.

Sin embargo, a principios de los 90, una la recesión mundial golpeó duramente a nuestro país. La crisis económica, agravada por la incorrecta política económica del gobierno, disparó la inflación y el paro llegó a la cifra de 3 millones.
La política económica estuvo marcada por el Tratado de la Unión Europea (TUE), conocido como Tratado de Maastricht, dirigido a la instauración del euro como moneda común de la Unión Europea (UE).
Las principales medidas suponían el control de la inflación y del déficit público.
La entrada del euro provocó una fase expansiva en España que perduró hasta principios de 2008.






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